When everything could happen and usually it does.
(After Hours)
El espacio cinematográfico es el espacio de lo posible, y cuya característica primordial es su perturbadora capacidad de presentar cualquiera cosa con visos de realidad (aún los documentales, y las historias basadas en hechos reales, puestas en el lenguaje cinematográfico, se vuelven ficticias o irreales, en el sentido de que no son sino meras copias de la realidad, y no la realidad misma). De esta forma, cualquier situación, cualquier problema imaginable, es concebible en este espacio, pues en él, se da cabida a todos las historias, mundos, espacios y realidades posibles. En otras palabras, el espacio cinematográfico es la irrealidad vuelta realidad. Aquí, cualquier cosa que podría ocurrirle a cualquiera en el plano conceptual, pero no necesariamente en el plano empírico, ocurre, y durante las dos o tres horas que dura la película, el espectador se sumerge en este espacio y escapa de cualquier otro.
Así pues, el espacio cinematográfico crea y es su propio lenguaje – distinto a cualquier lenguaje articulado, privado de doble articulación, códigos, e incluso, sintaxis en el sentido estricto- , sus propias normas y una, y todas las películas habidas y por haber, de manera que cada filme es una “impresión”, una ventana a cualquier realidad posible y una forma única y distinta de conocerla.